por Rosa Amor del Olmo
En un mundo cada vez más dominado por el comercio digital, la responsabilidad de las grandes plataformas online no solo debe medirse por su capacidad para revolucionar el mercado, sino también por su compromiso con los derechos de los consumidores. Este es el caso de Temu, el gigante marketplace chino que, en su breve pero explosivo ascenso entre los consumidores europeos, ha enfrentado serias acusaciones de violar normativas esenciales de protección al consumidor.
Las ventajas de Temu son evidentes: ofertas continuas, precios competitivos y una amplia variedad de productos que atraen a un número creciente de usuarios españoles. Sin embargo, el brillo de estas ventajas se oscurece con prácticas que han sido objeto de denuncia por parte de organismos como la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) y la Confederación de Consumidores y Usuarios (CECU), quienes han llevado sus preocupaciones hasta la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC).
La principal acusación radica en la falta de transparencia en los sistemas de recomendación de Temu, donde no se especifican los criterios utilizados para promover ciertos productos sobre otros. A esto se suma el uso de «patrones oscuros», tácticas diseñadas para manipular las decisiones de los consumidores, y una preocupante falta de protección hacia los menores, los usuarios más vulnerables.
Este conflicto ha escalado hasta convertirse en un asunto de interés para la Red de Cooperación para la Protección a Consumidores (Red CPC) de la Unión Europea, que ha notificado a Temu sobre las prácticas detectadas que podrían infringir la legislación europea. Entre estas prácticas se incluyen descuentos engañosos que sugieren rebajas inexistentes, ventas bajo presión con falsas afirmaciones sobre la limitación de productos y plazos de compra irreales, además del uso de reseñas falsas.
Esta situación ha impulsado a las autoridades a instar a Temu a realizar ajustes significativos para garantizar el cumplimiento de las normativas europeas, subrayando la necesidad de adoptar medidas que respeten y protejan al consumidor.
Desde la OCU, mantenemos una vigilancia constante y recordamos a los usuarios la importancia de tomar precauciones adicionales al realizar compras en marketplaces. La incidencia de problemas suele ser más alta en estas plataformas, donde la información sobre los derechos de los consumidores frecuentemente es insuficiente.
Así pues, en la era del consumismo digital, las grandes plataformas tienen el deber no solo de servir al mercado, sino de hacerlo con integridad y respeto por aquellos a quienes sirven. La ética empresarial debe ser el pilar sobre el que se construyen todas las operaciones comerciales, garantizando que la innovación no se convierta en una excusa para la explotación o el engaño.
Informado en Ocu.org
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