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Año Nuevo Gregoriano: ¿Por qué los musulmanes no celebran?

El calendario gregoriano1, promovido por el Papa Gregorio XIII y oficialmente adoptado a partir de 1582, es hoy el modelo de calendario más utilizado en el mundo. Este sistema reemplazó al calendario juliano, instaurado por Julio César en 46 a.C., que a su vez se basaba en el calendario solar egipcio. El desarrollo del calendario gregoriano involucró estudios iniciales en 1515 por científicos de la Universidad de Salamanca, seguido de un estudio decisivo en 1578 que, pese a atribuirse el mérito a otras figuras, culminó en la creación del calendario utilizado globalmente. Los primeros en adoptarlo fueron el imperio español y Portugal, extendiéndose gradualmente por toda Europa, con la notable excepción del Reino de Gran Bretaña y sus colonias en América, que no lo adoptaron hasta 1752.

La llegada del Año Nuevo según el calendario gregoriano es recibida con celebraciones en muchas partes del mundo. Sin embargo, para la comunidad musulmana, este evento no reviste el mismo significado ni suscita las mismas celebraciones. El rechazo para participar en estas festividades, lejos de ser un mero capricho, se fundamenta en razones profundamente arraigadas en la identidad religiosa y cultural del islam.

Tiempo de reflexión

El islam sigue el calendario lunar Hijri, que comienza con el mes de Muharram. Este calendario no sólo es un sistema de medición del tiempo, sino también una expresión de la autonomía cultural y espiritual del islam. Muharram, el primer mes del calendario Hijri, es un tiempo de reflexión espiritual y renovación, no de festividad. Esta perspectiva es reforzada por citas del Corán y la Sunnah que advierten contra la adopción de costumbres no islámicas, como se refleja en la sura Al-Ma’idah (5:77) y en los hadices del Profeta Muhammad.

Un musulmán debe sentirse profundamente agradecido con Al-lah por haberlo guiado por el camino correcto y debe suplicar constantemente por firmeza en su fe y protección contra el desvío. Frente a los esfuerzos de los no creyentes por apartar a los musulmanes de su religión, el Corán aconseja paciencia y perdón hasta que Al-lah decida (Corán 2:109). Además, se enfatiza la importancia de mantenerse alejados de las festividades no islámicas, interpretadas como falsedades por eruditos del Corán como Ibn Sirin y Muyahid. El Corán también prohíbe la cooperación en el pecado (Corán 5:2), y los musulmanes solo deben celebrar festividades islámicas, como enseñó el Profeta Muhammad cuando reemplazó festividades preislámicas en Medina con ‘Id Al Ad-ha y ‘Id Al Fiter.

Además, felicitar a los no musulmanes durante sus celebraciones religiosas está considerado prohibido, ya que equivale a aprobar creencias contrarias al islam, como la trinidad o la divinización de Jesús. Por tanto, un musulmán no debe felicitar actos que representen un pecado o una desviación según el consenso de los eruditos islámicos, incluido el Imam Ibn Al Qaiem, pues esto podría exponerlo a la ira de Al-lah.

Los eruditos islámicos, como Sheikh Ibn Uthaymeen y Sheikh Muhammad Al-Munajjid, han articulado explícitamente que la celebración del Año Nuevo gregoriano no es permisible para los musulmanes. Estas festividades son vistas como una imitación de las tradiciones no musulmanas y, por ende, como un alejamiento de las enseñanzas del islam. Celebrar el Año Nuevo sería entonces una dilución de la identidad musulmana, una adopción de prácticas ajenas a la fe que podrían desviar a los creyentes del «camino recto».

Adicionalmente, es relevante mencionar obras de referencia utilizadas por estos eruditos que apoyan sus posturas. Por ejemplo, Sheikh Ibn Uthaymeen ha escrito detalladamente sobre estas cuestiones en su libro «Fatwas sobre las Celebraciones», donde discute la permisibilidad de participar en festividades no islámicas. Por su parte, Sheikh Muhammad Al-Munajjid, en su conocida obra «IslamQA.info», ofrece respuestas detalladas y argumentadas sobre numerosas cuestiones de fe, incluida la celebración del Año Nuevo.

En lugar de mirar hacia celebraciones que no forman parte de nuestra tradición, el islam nos enseña a valorar cada día como una oportunidad para mejorar espiritual y personalmente. Este enfoque se refleja en cómo vivimos nuestras vidas diariamente y en cómo marcamos los momentos significativos del año, no por la acumulación de momentos festivos, sino por el constante esfuerzo de acercarnos más a nuestros ideales religiosos.

Con esto en mente, la comunidad musulmana continúa abogando por una comprensión más profunda de su identidad cultural y religiosa, manteniendo un diálogo abierto sobre estas cuestiones dentro y fuera de la comunidad. Un hecho que suele molestar mucho al mundo occidental.

A través de la educación y el entendimiento mutuo, podemos fomentar un respeto más profundo por la diversidad de tradiciones que enriquecen nuestro mundo globalizado.

1Relación entre el calendario juliano y el calendario gregoriano. El calendario gregoriano tiene los mismos meses que el calendario juliano, y en ambos sistemas los años cuyo número es múltiplo de 4 son bisiestos, con la salvedad de que en el calendario gregoriano los años que son múltiplos de 100 no son años bisiestos, excepto los que sí son divisibles por 400.4​ Desde su creación, la fecha del calendario juliano ha acumulado un retraso de 13 días con respecto al paso de las estaciones. En consecuencia, la fecha juliana permanecerá 13 días por detrás (desde el 14 de marzo de 1900 gregoriano // 1 de marzo juliano; y hasta el 28 de febrero de 2100 gregoriano // 15 de febrero juliano) de la fecha indicada en el calendario gregoriano, en el que se disminuyó en gran medida la diferencia con respecto a la duración del año trópico. La diferencia entre los dos calendarios se irá incrementando con el paso de los siglos.


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