Redacción
El acoso escolar sigue siendo un problema crucial en la educación secundaria, afectando significativamente a jóvenes entre los 12 y 16 años. Según el informe “Yo a eso no juego” de 2016, realizado por Save the Children con el apoyo de la Agencia Española de la Cooperación Internacional para el Desarrollo, un 9.3% de los menores encuestados en España sufrió acoso escolar y un 6.9% ciberacoso. Estos datos evidencian la urgente necesidad de abordar este asunto con estrategias efectivas.
Con el aumento de la diversidad en las aulas y el uso de nuevas tecnologías, los estudiantes se vuelven más susceptibles al acoso. La ley LOMLOE (2020) resalta la importancia de la igualdad de género y el desarrollo de competencias digitales, poniendo los derechos de la infancia y la atención a la diversidad en el centro de la política educativa.
En respuesta a esta necesidad, algunos centros educativos públicos muy dinámicos, conocido por su interculturalidad y compromiso con la calidad educativa, ha lanzado un proyecto innovador para prevenir y abordar el acoso escolar. Este centro cuenta con profesores motivados y familiarizados con las tecnologías de la información, aunque enfrenta desafíos como la falta de coordinación con recursos locales y experiencia limitada en la gestión de proyectos de prevención de acoso.
El objetivo del proyecto es fomentar un ambiente inclusivo y respetuoso a través de la prevención del acoso escolar y la discriminación. Se promoverá el trabajo en red con la comunidad educativa incluyendo profesores, padres, estudiantes y agentes locales para potenciar el asociacionismo y la participación activa del estudiantado. La estrategia incluye el uso intensivo de tecnologías de la información para aumentar la visibilidad del proyecto y permitir que los estudiantes creen contenidos digitales que promuevan valores positivos.
Para llevar a cabo esta iniciativa, se utilizarán recursos del centro como el salón de actos, las aulas y el gimnasio, además de materiales didácticos y tecnológicos. Los estudiantes voluntarios desempeñarán roles específicos en diversos grupos de trabajo que se centrarán en temas como la atención a la diversidad y la igualdad de género.
Este proyecto pretende transformar la cultura escolar, empoderando a los estudiantes para ser protagonistas en la creación de un ambiente escolar seguro y respetuoso. A través de la educación, la sensibilización y la participación activa, se busca no solo reducir los incidentes de acoso sino también promover una comunidad educativa más inclusiva y solidaria.
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