
CHARO GARCÍA VILLALBA
Un once de marzo,
un jueves cualquiera,
se rompió Madrid en mil pedazos,
se tiñó de sangre y luto,
y un suspiro profundo
nos congeló el alma a los seres honrados.
Un once de marzo
nos cortaron los sueños de raíz.
La sin razón del sin vivir de miles
de seres humanos de este mi Madrid.
La muerte corrió sobre raíles raídos
segando la vida a ciento noventa y dos
seres humanos.
No miró la parca raza,
cultura ni religión,
ese once de marzo.
Unió a todos en un solo corazón,
que con su sin razón no olvidaremos
nunca, tanto los nacidos aquí
como los que de fuera vinieron
a unirse con nosotros en su
cotidiano vivir.
Todos los madrileños
nos unimos como una cadena
para con nuestra sangre
dar vida a los que otros
nos habían arrebatado.
Con sus esperanzas, ilusiones y valía
y que nunca podremos olvidar
porque nos faltarán siempre
sus ilusiones, sus sueños,
su mañana que quedó silenciado
un once de marzo
un jueves cualquiera.
1-marzo-2005
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