
Rosa Amor del Olmo
En estos tiempos, la cultura de la cancelación domina el discurso público, el caso de Karla Sofía Gascón evoca el dilema moral y social expuesto sin ir más lejos, en «El extraño caso del Dr. Jekyll y Mr. Hyde» de Robert Louis Stevenson. Esta novela, que desgrana la dualidad humana (trastorno disociativo de la identidad) sirve como un espejo literario ante el cual podemos examinar la situación de Gascón, cuyos antiguos tweets han precipitado un cambio radical en su percepción pública.
Gascón, aclamada por su papel en «Emilia Pérez» y nominada a los Oscar y a otros premios más, ha visto cómo su carrera se tambalea tras la resurrección de mensajes controvertidos escritos en años pasados. Al igual que el Dr. Jekyll, cuya vida se ve irremediablemente complicada por las emergencias nocturnas de su alter ego Mr. Hyde, Gascón se enfrenta a las consecuencias imprevistas de sus acciones pasadas, que ahora amenazan con eclipsar su presente y futuro. Parece que el pasado siempre vuelve, nos persigue si no hacemos las cosas bien ¿justicia poética?
La reacción de Hollywood no se ha hecho esperar. Al igual que la comunidad victoriana en la novela de Stevenson se distancia del escandaloso Mr. Hyde, Netflix y otros colaboradores se han distanciado de Gascón, reenfocando sus campañas hacia otros actores y aspectos menos controversiales del film. Este aislamiento refleja la tendencia contemporánea de las instituciones y el público a distanciarse rápidamente de figuras envueltas en escándalos, a menudo sin un proceso claro de redención o reconciliación. Stevenson utiliza su narrativa para explorar los recovecos más oscuros de la psique humana, presentando la dualidad (desorden bipolar) como una característica intrínseca de la misma. En el caso de Gascón, sus declaraciones apuntan a una comprensión de la gravedad de sus palabras y un deseo de redimirse ante quienes ha herido. Sin embargo, la pregunta persiste: ¿puede la sociedad moderna, armada con la memoria perpetua de internet y una moralidad cambiante, ofrecer espacio para el arrepentimiento genuino y la transformación personal? Parece que no, nadie cree en el arrepentimiento de la actriz por más veces que ha pedido perdón, pues de haberlo hecho hubiera eliminado hace tiempo de su perfil esos comentarios ante ese éxito inusitado que a todos sorprendió de un día para otro.
El término «cultura de la cancelación» mismo invoca imágenes de finalidad abrupta, similar a la trágica conclusión de la novela de Stevenson. En este contexto cultural, cada tweet, cada declaración y cada paso en falso pueden ser archivados, analizados y eventualmente usados contra el individuo. La historia de Gascón destaca cómo este fenómeno puede llevar a una polarización y a un juicio apresurado, obviando a menudo la complejidad de las circunstancias humanas y la posibilidad de crecimiento y cambio.
Tal vez, el pasado siempre vuelve y para esta actriz se le hará muy difícil poder dominar su futuro. Debemos reflexionar sobre nuestra propia capacidad para el juicio y la compasión, especialmente en una era digital implacable. ¿Somos todos potencialmente susceptibles de ser juzgados en cualquier momento? Hemos visto no solo en este caso, en otros más de políticos que en algún momento escribieron mensajes inadmisibles, que el pasado siempre vuelve y cobra su factura. Y si es así, ¿cómo reconciliamos estas versiones de nosotros mismos en la búsqueda de una sociedad más comprensiva y menos punitiva?
Esta discusión, enraizada tanto en la literatura clásica como en los dilemas contemporáneos, nos invita a examinar críticamente cómo respondemos a las faltas de los demás, recordándonos que detrás de cada figura pública hay una historia humana compleja y digna de un enfoque matizado y empático.
Las exageraciones son típicas del mundo de la cultura. Hoy subes como si fuera un Mesías, de una manera casi irracional y mañana caes en el completo abandono por parte de aquellos que lo auparon. Lo que parece inevitable es que, ante estas acciones, una oportunidad en la vida tirada a la basura cuando la actriz tenía el mundo en su mano, las reacciones son lo que son: el olvido y el ostracismo, como si de fenecer se tratara.
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