
DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS
Lo supe desde niña.
Odiaba aquellas trenzas
y aquel vestido rosa.
Me resultaba inútil y aburrido
guardar la compostura,
parecer de cristal
y cumplir esas normas
tan propias de mi sexo.
Algunas madrugadas
trepaba hasta la copa de los árboles
y hablaba con mis gatos
de lo guapa que era Marisol.
Me gustaba mirar aquellas piernas
e imaginar, debajo de su falda,
un mundo diferente.
(De Por si los pájaros 2008)
SOBREMESA
Te pediste un café
sin mirarme a la cara,
sin apagar del todo aquel cigarro.
Sobre la mesa,
el enésimo intento
para recuperarte
y una copa de vino,
lenta y abandonada,
como si fuese un barco a la deriva.
Dudaste unos segundos
antes de pronunciarte
y arrojar al mantel
la llave de mi casa
y aquel anillo breve y plateado
que te compré una tarde
sin saber hasta cuándo me amarías.
Lo siento -me dijiste-,
y la tarde cedió como una sombra
buscando su destino entre el escombro.
(De Por si los pájaros 2008)
SIN ESTRATEGIA
A veces no hay más verbo
que un espantoso huir
hacia ninguna parte,
y sabes que estás sola,
como una bestia oscura y malherida,
sin una sola excusa para retroceder,
sin orden ni estrategia
con los que defenderte de su olvido.
(De Por si los pájaros 2008)
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