
Eduardo Montagut
En este artículo estudiamos la Historia de Montenegro desde la llegada del príncipe Nicolás I, luego rey, hasta la desaparición del Reino en 1918.
Montenegro pertenecía al Imperio otomano. En agosto de 1860 ascendería a príncipe del territorio Nicolás I (dinastía Petrovic), un personaje clave en todo el proceso histórico que aquí vamos a tratar. El príncipe emprendió un conjunto de reformas administrativas y educativas, pero Montenegro se vio envuelto en varias guerras con los turcos en los años sesenta y setenta del siglo XIX. Nicolás fue muy activo internacionalmente, ya que realizó distintos viajes por Europa. Se entrevistó con Napoleón III, con el zar Alejandro II de Rusia, y estuvo también en Berlín y Viena. Consiguió el apoyo del zar para que Rusia suministrase fondos económicos para la educación, así como armamento.
Nicolás I aprovechó el levantamiento de Bosnia-Herzegovina contra los turcos para reclamar la independencia en 1876. Además, apoyó a los rusos en la Guerra Ruso-Turca de 1877-1878. El Tratado de San Stefano de 1878 proclamó la independencia de Montenegro, aunque no se constituyó aún como reino. Además, casi se duplicó el territorio. El Congreso de Berlín aseguró a Montenegro un acceso al mar.
Se inició una etapa de prosperidad y tranquilidad para Montenegro. Los rusos apoyaron al país, y contribuyeron a su desarrollo, especialmente en relación con las comunicaciones, la educación y el ejército. En 1883 las relaciones con los turcos mejoraron con la visita del príncipe Nicolás al sultán en Estambul. En 1896 se celebró el bicentenario de la dinastía Petrovic, y Nicolás, además, visitó Rusia para la coronación del nuevo zar, Nicolás II. Fue un año redondo porque Nicolás consiguió casar a su hija Elena de Montenegro con el heredero al trono italiano, el futuro Víctor Manuel III. En 1898, el príncipe fue a Windsor a visitar a la reina Victoria. Así pues, en ese último cuarto del siglo el país parecía estable y reconocido en el mundo.

En 1905 se aprobó la primera Constitución, una conquista del pueblo montenegrino, que presionó para conseguir la liberalización del sistema político. Se introdujeron otras reformas de signo occidental, como un Código Penal y la libertad de prensa. En 1906 apareció la moneda montenegrina, el perper, y que circularía hasta el final del Reino de Montenegro. El 20 de agosto de 1910 en el jubileo de Nicolás, se le proclamó rey, por lo que Montenegro pasó a ser un reino. Montenegro participó en las Guerras Balcánicas a partir de 1912 contra los turcos. Este hecho le permitió aumentar su territorio.
Al estallar la Gran Guerra, Montenegro se unió a la Triple Entente, y apoyó a Serbia cuando fue atacada por el Imperio austrohúngaro. Pero, al igual que Serbia, Montenegro es derrotado en la ofensiva de 1915, y tiene que capitular. Austria-Hungría ocupa, en consecuencia, el Reino de Montenegro. Nicolás I y su familia huyen a Italia, y luego se instalan en Francia, con un gobierno en Burdeos. En todo caso, siguió habiendo tropas montenegrinas en la Primera Guerra Mundial bajo el mando francés.
Al terminar el conflicto, en la capital montenegrina, es decir, en Podgorica, una asamblea decretó la destitución del rey, y que Montenegro se anexionara a Serbia. Ese fue el fin del breve Reino de Montenegro, ya que a los pocos meses Montenegro, junto con Serbia, pasaba a formar parte del Reino de Serbios, Croatas y Eslovenos, que en 1929 sería Yugoslavia. Nicolás nunca renunció al trono, muriendo en 1921 en Antibes.
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