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GAVIOTA

Luis Ángel Marín

GAVIOTA

Amanecía, y el nuevo sol

pintaba de oro las ondas

de un mar tranquilo…

Richard Bach

I

Horadar la desnudez

no es el centro de la oscuridad

sólo distancia y epitafio.

Volar requiere la precisión

de un insultante manuscrito.

No volar adentra al Ser

en el cierzo solapado a los rosarios.

La Vida es un triunfo incorrupto

o la Memoria que devora las clepsidras.

Mas siempre hay acueductos en espera

y una alejada copa de champagne.

II

Ir a la eternidad en el descenso

para cambiar el límite imposible.

Salto a salto los arquetipos se desinflan

y el cielo deja de ser un laberinto.

Nunca hay intimidad sin ensueño

ni penumbra de flor inalcanzable.

El mar también puede ser amarillo

y el viento un disparo devoto de los dioses.

Buscar la eternidad en el descenso

es saciar un concierto de estandartes

y ahuyentar los caballos de la Nada.

Ocho poetas y un infinito, Isidora Ediciones, 2017


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