La mayor dificultad a la que se enfrenta un docente en el aula es la de gestionar los malos comportamientos, las actitudes irrespetuosas y la falta de implicación y cooperación de los alumnos. La disciplina positiva ofrece herramientas para enfrentarse a situaciones conflictivas y poder resolverlas con mayor eficacia. En este trabajo se pretende identificar estas herramientas para su aplicación en el aula para generar un ambiente de cooperación y responsabilidad.
La herramienta de castigar o premiar, se ha convertido en la herramienta más habitual tanto en profesores como en los padres, pero los niños no aprenden las competencias para la vida mediante un sometimiento a normas estrictas ni mediante una permisividad que les niega la responsabilidad.
Debido a esta situación, se convierte en imprescindible, la búsqueda de nuevos métodos para educar a los alumnos, que les puedan dotar de todos los recursos, habilidades y competencias necesarias para su vida adulta, para implicarse en la sociedad y para contribuir a construir un mundo mejor.
En la sociedad actual, los niños han perdido responsabilidades. Muchos padres sobreprotegen a sus hijos frente a la frustración, privándolos de la oportunidad de afrontar las dificultades de la vida. Los niños aprenden a ser responsables cuando se les brinda la oportunidad para aprender con su colaboración en la familia, en la escuela y en la sociedad. Su responsabilidad tiene que estar en relación directa con sus privilegios. Es por esta razón que deben establecerse límites y reglas y se debe trabajar en asegurarse su cumplimiento. Pero sin castigos ni recompensas, sin positivos o negativos, resulta difícil encontrar la manera de garantizar dicho cumplimiento.
La Disciplina Positiva se basa en la amabilidad y firmeza, pero la mayor parte de los adultos tienen dificultades para integrar este concepto. Esto se debe a que, en ocasiones, las nociones de amabilidad y firmeza se excluyen mutuamente.
Una de las afirmaciones más conocidas de Nelsen es “¿De dónde hemos sacado la idea loca de que, para que los niños lo hagan mejor, antes tienen que sentirse peor?” (Nelsen, 2006,p. XXI).
Demasiada amabilidad sin firmeza puede convertirse en permisividad, mientras que demasiada firmeza sin amabilidad puede convertirse en autoritarismo. Es fundamental equilibrar la balanza de la educación.
Se han producido importantes cambios en la sociedad en los últimos años, se hace imprescindible un cambio en el método educativo. En la actualidad, los adultos ya no dan un ejemplo o modelo de sometimiento y obediencia a la autoridad a sus hijos. Comprender que los niños no se comportan como los de antes porque la sociedad ha cambiado, es fundamental para dar respuesta a una educación eficaz.
Maestros y padres se enfrentan día a día con problemas de mal comportamiento frente a los cuales se encuentran sin herramientas para afrontar estas situaciones con éxito. La disciplina positiva promueve las relaciones de respeto mutuo, la conexión, la responsabilidad y las relaciones horizontales entre adultos y niños.
Su fundadora, la psicóloga Jane Nelsen, defiende que “la clave de la educación radica en el respeto a las personas, y no hay mejor manera de enseñar a respetar que mostrando respeto” (Nelsen, 2006).
Mediante la disciplina positiva, se pretende dotar a padres y docentes de herramientas que les ayuden a dar respuesta a estos malos comportamientos de hijos y alumnos, mejorando sus relaciones y fortaleciéndolas, ayudando a crear un ambiente de respeto mutuo y a fomentar el crecimiento personal de los alumnos.
Se puede pensar que al utilizar una técnica en la que el incumplimiento de las normas no trae consigo un castigo asociado puede ser ineficaz o demasiado permisiva, ya que muchos entienden la palabra “disciplina” como sinónimo de severidad, pero en su origen viene del latín “disciplina”, derivado de “discipulus” (discípulo) o “disciplini” que significa seguidores de la verdad, los principios o un maestro venerado”.
De la comprensión de los sentimientos del niño surge una nueva actitud por parte de los adultos para guiarles de una forma afectiva, firme y respetuosa, amable, pero con límites, potenciando la comprensión y el respeto mutuo para enseñar las competencias básicas para la vida, ya que para que influir en el comportamiento del niño es fundamental primero la conexión y luego la corrección. Para ello, el adulto debe tomar conciencia de los sentimientos y emociones que hay detrás de un mal comportamiento, y de esta manera dar una respuesta adecuada y eficaz a largo plazo, ya que en la mayor parte de los casos el origen de un mal comportamiento está asociado a un sentimiento de falta de pertenencia a una falsa creencia por parte del niño. Para Nelsen (2006) “Todos los seres humanos necesitamos sentir que pertenecemos y somos importantes” (p. XXI).
La aplicación práctica del método ayuda a adultos y a niños a corregir conductas inapropiadas a través del autoconocimiento, autodisciplina, responsabilidad, actitud colaboradora y habilidades para resolver problemas.
Nelsen (2000) identifica siete percepciones y competencias importantes que necesitamos para convertirnos en personas capaces y competentes:
1. Una buena percepción de las capacidades propias: “soy capaz”.
2. Una buena percepción de la importancia propia en las relaciones primordiales: “Contribuyo de formas importantes y se me necesita genuinamente”.
3. Una buena percepción del poder o influencia propios sobre la vida: “puedo influir en lo que me sucede”.
4. Buenas competencias intrapersonales: la capacidad de comprender las emociones propias y utilizar esa comprensión para desarrollar a autodisciplina y el autocontrol.
5. Buenas competencias interpersonales: la capacidad de colaborar con otras personas y hacer amistades basadas en la comunicación, colaboración, los pactos, la empatía y saber escuchar.
6. Buenas competencias sistémicas; la capacidad de responder a los límites y consecuencias de la vida cotidiana con responsabilidad, adaptabilidad, flexibilidad e integridad.
7. Buenas competencias críticas: la capacidad de utilizar la sabiduría y evaluar las situaciones en virtud de valores adecuados.
Para ir más lejos
Nelsen, J (2007). Cómo educar con firmeza y Cariño. Barcelona: Ediciones Medici.
• Nelsen, J, Lott y Glenn, S (2015). Disciplina Positiva en el Salón de Clase. México DF: Editorial Rondine, S.C.
• Asociación Disciplina Positiva España (ADPE). (s.f). Qué es disciplina positiva. Recuperado el 15/12/2020, de “Asociación Disciplina Positiva España”: https://disciplinapositivaespana.com/que-es-la-disciplina-positiva/
• Moya, M (2017). Disciplina Positiva. Recuperado el 15/12/2020, de “Escuela Infantil en Madrid”:
• Torres, A (s.f). Alfred Adler: Biografía del fundador de la Psicología Individual. Recuperado el 12/12/2020, de Psicología y Mente: https://psicologiaymente.com/biografias/alfred-adler
Dede. E & Roopnarine. J (2017). Positive discipline, harsh physical discipline, physical discipline
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• Furlong. M, Gilman. R & Scott. E (2009). Handbook of Positive Psychology. Editorial Taylor &
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• Sánchez. M (2015). Las Normas y Límites en los Niños. Recuperado el 22/02/2021 de “Mar Sánchez Psicóloga”: https://marsanchezpsicologa.com/2015/01/17/las-normas-y-limites-en-osninos/
• Merino. D (2020). Psicóloga aborda las ventajas de la disciplina postiva para criar a los hijos.
Recuperado el 22/02/2021 de “Udep”: http://udep.edu.pe/hoy/2020/psicologa-aborda-lasventajas-de-la-disciplina-positiva-para-criar-a-loshijos/#:~:text=Asimismo%2C%20la%20especialista%20destac%C3%B3%20cinco,j%C3%B3venes%20a%20descubrir%20que%20son
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