Para las grandes obras maestras del ingenio humano, consiste en haber provocado un libro de crítica o de comentario; los grandes artistas, poetas, pintores, músicos, historiadores, filósofos, han nacido para que un erudito haga su biografía y un crítico comente sus obras, y una frase cualquiera de un gran escritor directo no adquiere valor hasta que un erudito no la repite y cita la obra, la edición y la página en que la expuso. Y todo aquello de la solidaridad del trabajo colectivo no era más que envidia e impotencia. Pertenecía a la clase de esos comentadores de Homero que si Homero mismo redivivo entrase en su oficina cantando le echarían a empellones porque les estorbaba el trabajar sobre los textos muertos de sus obras y buscar un apax cualquiera en ellas. Miguel de Unamuno, Niebla, pág. 221, 1914.
En el debate sobre si los periodistas son inherentemente escritores, es fundamental explorar la rica intersección entre periodismo y literatura. El enfoque y objetivos para la que este texto escribe, son completamente diferentes en la actualidad. La capacidad de narrar hechos con precisión es una habilidad valiosa en el periodismo, mientras que la literatura a menudo se sumerge en la creatividad y la exploración emocional. Ambas formas de escritura, aunque distintas en intenciones y audiencias, comparten la esencia de contar historias de manera impactante. El periodismo se caracteriza por su enfoque en la actualidad y la objetividad. Su propósito principal es informar sobre hechos y eventos de manera clara y precisa, proporcionando investigación verificada y relevante a una audiencia amplia. Los periodistas se esfuerzan por alcanzar la comprensión de un público general, utilizando un lenguaje accesible y estructuras narrativas claras, la descripción neutral es una de sus armas.
Por otro lado, la literatura permite una mayor libertad en el estilo y la estructura. Los escritores literarios a menudo exploramos en profundidad los caracteres, las emociones y los mundos imaginarios, utilizando un lenguaje y técnicas que pueden ser más experimentales y subjetivos. Esta forma de escritura busca resonar en un nivel más profundo y personal con el lector, a menudo apuntando a una audiencia que valora la exploración artística y conceptual.
Históricamente, muchos escritores han comenzado sus carreras en el periodismo, lo que ha enriquecido su escritura literaria. Benito Pérez Galdós, por ejemplo, es un caso ilustrativo de un escritor cuya formación como periodista enriqueció profundamente su narrativa literaria. Galdós y otros escritores de su época, como Emilia Pardo Bazán, utilizaron observaciones detalladas del mundo real para construir narrativas literarias ricas y detalladas. En las palabras de Galdós, describe encuentros con figuras literarias y artísticas de su tiempo, mostrando cómo estas interacciones influyeron en su trabajo creativo.
La literatura y el periodismo pueden influirse mutuamente en términos de técnicas narrativas y enfoques temáticos. Por ejemplo, el nuevo periodismo, popularizado por escritores como Tom Wolfe, utiliza técnicas literarias para contar historias periodísticas, borrando las líneas entre la ficción y la no ficción. Esta dualidad creativa entre periodismo y literatura también plantea desafíos, especialmente en un mercado editorial que a menudo valora más el contenido que puede venderse rápidamente en lugar de la calidad literaria. Sin embargo, escritores y periodistas exitosos demuestran que es posible cruzar estos campos con éxito, adaptando y aplicando sus habilidades narrativas en ambos contextos.
Entonces, aunque el periodismo y la literatura pueden parecer diferentes en la superficie, comparten una base común en la habilidad de contar historias efectivamente, pero creo que no mucho más. La transición de periodista a escritor literario no es automáticamente garantizada por la práctica del periodismo, pero la experiencia en este campo puede proporcionar una base sólida para explorar más profundamente la creatividad y la expresión artística en la literatura. La clave para los periodistas que desean convertirse en escritores literarios es desarrollar y adaptar sus habilidades para explorar nuevas formas narrativas y abordar temas desde perspectivas únicas y personales, lo que entendemos como “hacer pluma”, por ello escribimos en periódicos.
Por Rosa Amor del Olmo
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