Hamid-Ahmed Marradi
Mohamed Sektawi eligió distanciarse de la trivialidad que parece dominar todos los aspectos de la vida, incluyendo su presencia en Facebook, que lo consumía sin límites. A pesar de esto, rara vez se alejaba de este espacio virtual, donde compartía palabras, imágenes, flores y posturas. Destacaba por difundir poesía con una belleza única, caracterizada por su toque personal que no se asemejaba a ningún otro estilo poético. Sektawi sellaba sus publicaciones con el hashtag «#Mohamed_Khald», honrando sus raíces en Douar Bni Khald, cerca de Ksar el-Kebir.
Sektawi a menudo parecía vivir dentro de Facebook, lugar donde sus amigos notaban cómo su enfermedad cardíaca lo debilitaba. Sin embargo, nunca se rendía y enfrentaba su enfermedad con la poesía como arma. Eventualmente, la enfermedad lo superó, dejando un vacío en esas sesiones donde él y sus amigos discutían libremente sobre todo o nada. Sektawi era un reservorio de una historia amarga de lucha política y por los derechos humanos, y a través de su relato, revelaba aspectos ocultos y secretos de figuras conocidas, desmitificando y cuestionando percepciones erróneas.
Pocos conocían los múltiples aspectos de la personalidad de Sektawi, aspectos que su cercano amigo Hamid El Moradi podría detallar adecuadamente. El Moradi está calificado para crear un perfil que nos acerque más a Sektawi, el activista, político, defensor de derechos y poeta, cuyos trabajos fueron publicados por Dar Al-Tawhidi, dirigida por Ahmed El Moradi, en una colección que sorprendió y reveló un lado emocionante de su persona.
Sektawi era portador de muchos secretos, compartiéndolos solo con aquellos a quienes consideraba dignos, y era un privilegio para sus amigos ser parte de ese círculo íntimo. Conversaban sin restricciones, nombrando las cosas como son, enriqueciendo cada encuentro con anécdotas y reflexiones que urgían a reconsiderar y reevaluar los enfoques en las esferas política y civil, reflejando la represión subyacente en el estado marroquí.
Mohamed Sektawi merece un reconocimiento más extenso y detallado, no solo como activista y persona, sino como un pilar del movimiento de derechos humanos en Marruecos y como un destacado miembro de la organización «Amnistía» a nivel global. Su legado como poeta y luchador por la justicia sigue inspirando a muchos, dejando una huella indeleble en el camino hacia un futuro más justo.
Descanse en paz.
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