Mafalda, la icónica personaje creada por el cartunista argentino Quino, celebra sus 60 años, y su influencia continúa resonando entre nuevas generaciones de artistas y activistas en Argentina y más allá. Su espíritu crítico y sus frases punzantes no solo estimulan debates en aulas y manifestaciones políticas, sino que también se manifiestan en la cultura popular, apareciendo en camisetas y banderas de protestas.

Desde la llegada de Javier Milei a la presidencia de Argentina, el país ha experimentado una ola de protestas y un aumento en la pobreza, además de enfrentarse a restricciones a la libertad de expresión. En este contexto, Carlos Lattuf, un reconocido chargista brasileño, sugiere que la voz crítica y contundente de Mafalda es ahora más necesaria que nunca.

Jorgela Argañaras, una artista plástica argentina, recuerda cómo las tiras de Mafalda la ayudaron durante su infancia en la Patagonia a enfrentarse al sexismo y a cuestionar el mundo adulto. Hoy en día, imagina a Mafalda levantando banderas en marchas, defendiendo a los más necesitados y criticando la manipulación del concepto de libertad por parte del actual gobierno argentino.

La situación de la libertad de expresión en Argentina es, según Agustín Lecchi, secretario general del Sindicato de Prensa de Buenos Aires, peor que nunca. El deterioro de la prensa y los ataques a la misma son una clara indicación de la urgencia de mantener vigente el espíritu inquisitivo de Mafalda.

Mafalda también inspira a educadores y artistas en Brasil, como la cuadrinista May Solimar, quien ve en Mafalda un modelo de cómo abordar temas complejos de manera sencilla y accesible, y Taina Gonçalves, una profesora que utiliza las tiras de Mafalda para enseñar a sus alumnos en Buenos Aires más allá del idioma, incentivándolos a ser mejores seres humanos.

A través de los años, Mafalda ha demostrado ser más que una simple tira cómica; es un símbolo perdurable de resistencia y cuestionamiento que sigue inspirando a aquellos que luchan por un mundo más justo y equitativo.