Por Rosa Amor del Olmo
En el complejo tablero geopolítico que constituye el conflicto palestino-israelí, cada movimiento es observado con un microscopio por las partes involucradas y la comunidad internacional. La última propuesta de alto al fuego en Gaza, mediada por Estados Unidos y aceptada por Israel, ha vuelto a encender las alarmas de inestabilidad, provocando una airada respuesta de Hamás, que la califica de «golpe de Estado» contra los acuerdos previos.
Esta acusación por parte de Hamás no es una mera retórica inflamatoria; es un reflejo de la desconfianza arraigada y la percepción de una traición a los compromisos fundamentales previamente establecidos. Este incidente no es un caso aislado en la historia de las negociaciones internacionales, donde con frecuencia los términos acordados se ven subvertidos por intereses políticos a corto plazo o cambios en la dirección estratégica de los actores involucrados.
Un Alto al Fuego Condicionado
Los términos de la actual propuesta omiten dos demandas cruciales de Hamás: un cese al fuego integral y la retirada completa de las fuerzas israelíes del enclave de Gaza. Estas demandas son vistas no solo como puntos de negociación, sino como pilares esenciales para cualquier paz duradera y significativa en la región. La exclusión de estos puntos clave es percibida no solo como una supervisión, sino como un indicativo claro de la falta de voluntad para realmente abordar las causas profundas del conflicto.
La capacidad de Israel para reanudar operaciones militares bajo condiciones específicas dentro de la propuesta actual solo añade sal a la herida, sugiriendo que el compromiso con la paz es, en el mejor de los casos, temporal y revocable. Esto erosiona la confianza y mina los esfuerzos hacia una reconciliación duradera, pintando un cuadro sombrío para la estabilidad futura. Parece claro para todos, el genocidio cotidiano en el que Israel vive.
Malas Comparaciones Históricas y Lecciones Aprendidas
Esta situación guarda paralelismos (salvando las distancias) con otros momentos históricos donde las negociaciones de paz han fallado por no atender a las demandas fundamentales de todas las partes involucradas. Por ejemplo, en el proceso de paz de Irlanda del Norte, fue crucial para el éxito del Acuerdo de Viernes Santo (Good Friday Agreement) o acuerdo de Belfast el abordar integralmente las preocupaciones y demandas de todos los grupos políticos y paramilitares. Se realizaron ambos referéndums.
Asimismo, en Sudáfrica, el fin del apartheid no solo requirió negociaciones que terminaron con las leyes segregacionistas, sino también un proceso de reconciliación y verdad que abordara las injusticias cometidas, aquí con Israel, sin duda el tema es mucho más mollar.
Una llamada a la Acción
Lo que estos ejemplos enseñan es que la paz verdadera y duradera requiere un compromiso genuino para abordar integralmente las preocupaciones de todas las partes, asegurando que los derechos y la seguridad no se vean comprometidos. El alto al fuego en Gaza no debe ser una medida temporal o superficial, sino el comienzo de un diálogo más profundo que pueda llevar a una resolución justa y permanente. Si bien, con los israelís al frente el peso de la historia ahora se levanta con más fuerza que nunca, es por eso por lo que existe Hamás, porque ponen en valor sus raíces teológicas que sin duda pueden con toda negociación y diálogo. Otras raíces teológicas tienen en Israel, con un ejercicio del terrorismo de mayor magnitud, amasado con el paso del tiempo. Por lo tanto, como observadores y críticos de este proceso, es esencial exigir más que soluciones temporales y buscar garantías de que las voces de aquellos directamente afectados sean escuchadas y respetadas. La paz duradera requiere justicia, respeto mutuo y, sobre todo, una voluntad inquebrantable de ambas partes para negociar en términos equitativos. Sin estos componentes, cualquier acuerdo está destinado a desmoronarse bajo el peso de sus propias contradicciones y las tensiones acumuladas que, inevitablemente, resurgirán. El martirio que está sufriendo el pueblo palestino, frente a la mirada de la soldadesca israelí y los poderosos estadounidenses a los que les da igual, pero que están en todo, empiezo a pensar que no tiene precedentes en la historia de las negociaciones internacionales ni del exterminio paulatino.
21/8/2024
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