Un estudio realizado entre estudiantes de doctorado en Suecia según estudio de la revista Nature ha puesto de manifiesto el enorme costo que los estudios de doctorado pueden tener sobre la salud mental. La encuesta ofrece datos sólidos en medio del debate sobre la crisis de salud mental en el ámbito académico, destacando cómo los doctorandos enfrentan enormes presiones para publicar, conseguir financiación y obtener empleo en un entorno brutalmente competitivo.
El análisis, basado en datos de registros administrativos suecos de 2006 a 2017, revela que cuanto más avanzaban los estudiantes en sus estudios de doctorado, mayores eran las tasas de acceso a los servicios de salud mental y el uso de medicamentos psiquiátricos. Al quinto año de estudios, la probabilidad de que los doctorandos necesitaran medicación para la salud mental había aumentado un 40% en comparación con el año anterior a comenzar su doctorado. Este incremento fue aún más alto entre los estudiantes de ciencias naturales, donde el uso de medicamentos aumentó un 100% en el quinto año.
Los resultados también muestran disparidades en función del género y de la salud mental previa de los estudiantes. Las mujeres y aquellas personas que ya habían recibido tratamiento antes del inicio del doctorado fueron quienes presentaron un mayor riesgo de desarrollar problemas de salud mental.
Además, comparando con una muestra de la población general, los estudiantes de doctorado utilizaban menos servicios de salud mental antes de comenzar sus estudios, pero las tasas se igualaban al final de sus programas.
El estudio también apunta a las diferencias en la presión y el apoyo según la disciplina académica. Mientras que los estudiantes de medicina no mostraron un aumento significativo en el uso de medicamentos psiquiátricos, los doctorandos en ciencias naturales, humanidades y ciencias sociales experimentaron aumentos considerables. Estas variaciones podrían deberse a las dinámicas particulares de cada disciplina y la relación con los supervisores, quienes pueden contribuir de manera significativa tanto al apoyo como al deterioro del bienestar de los estudiantes.
Grupos como Dragonfly Mental Health están trabajando para abordar estos problemas sistémicos en el ámbito académico, con programas que fomentan una salud mental positiva entre académicos de diferentes niveles. Según Rituja Bisen, estudiante de doctorado en neurobiología, encontrar redes de apoyo dentro y fuera del laboratorio es clave para manejar el estrés. Actividades como practicar boulder con colegas y compartir experiencias se han convertido en un grupo de apoyo informal que le ha permitido proteger su bienestar. Estos enfoques comunitarios y el apoyo estructural resultan fundamentales para enfrentar el costo mental que los doctorados pueden representar.
Documento: https://doi.org/10.1038/d41586-024-03136-4
Referencias
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- Keloharju, M., Knüpfer S., Müller, D. y Tåg, J. Res. Política 53 , 105078 (2024).
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